52 céntimos. 52 céntimos es lo que valen 40 cápsulas de 650 mg de Paracetamol en una farmacia cualquiera teniendo una receta. ¿Sabes lo que pasa si te las tomas? Efectivamente, te suicidas.
Habrá quien diga que es mucho más barato saltar desde un alto o arrojarte a las vías justo antes de que llegue un tren y tienen razón, pero la cuestión no es esa.
Hablar desde la ignorancia es muy fácil, pero creedme, es más fácil hablar siendo un experto. Lo sé porque prácticamente soy un ignorante en todos los campos y aspectos de esta vida, y de lo único que puedo considerarme un experto es en vivir mi propia vida siendo yo mismo y sé, que tarde o temprando, acabaré muerto.
Martes 21 de enero de 2020, son las 9 am y me dirijo al concesionario donde he quedado para dejar mi Renault Clio de 60 CV. Dios mío, todavía no me puedo creer que vaya a desprenderme de él después de tantos años…
Cuando llego al concesionario, el agente ya me está esperando.
Pero ¿dónde van los besos que te debo?
En una cajita,
que nunca llevo el corazón en cima,
por si me lo quitan.
Pero ¿dónde están los besos que me debes?
En cualquier esquina,
cansados de vivir en tu boquita
siempre a la deriva
¿A dónde van los besos que no damos? ¿Qué pasa con esos besos robados?
Los besos ni se crean ni se destruyen, se regalan o intercambian.
Un día da para muchas cosas, especialmente si no tienes que trabajar.
Los findes de semana tienen 2 días y sin embargo, a menudo se nos quedan escuetos.
Me faltan días para descansar, para recuperarme de la fiesta, para tirarme en la cama y estar todo el día sin hacer nada…
Estuve hace un par de findes de semana a Ámsterdam y me faltó un día para visitar los pueblos de alrededor, para hacer un tour por el barrio rojo, para alquilar una bicicleta…
Lo bueno es que así ahora me sobran escusas para volver.
Preguntaba ayer a Patrón que para qué le faltaba un día y su respuesta no pudo ser más sincera:
– ¡Me falta un día para volver a casa!
Me alegro por él, aunque a algunos todavía nos falte una semana…
También hice la misma pregunta a la escritora anónima. Esta me dio dos respuestas:
– Me falta un día para comer cocido y un día para vivir.
No entendí la segunda respuesta, pero tampoco quise entrar en detalles.
Para finalizar esta entrada, diré que me falta un día para verte y para comerte, besarte y acariciarte.
Un día para desnudarte con y sin la mirada y poder sentirte sin imaginarte.
Los días dan para muchas cosas, y a ti, ¿para qué te falta un día?
Sueña con su calavera
y viene un perro y se la lleva,
y aleja las pesadillas
dejando en un agujero
unas flores amarillas
pa' acordarse de su pelo...
Sueña con su melena
y viene el viento y se la lleva,
y desde entonces su cabeza
sólo quiere alzar el vuelo,
y bebe rubia la cerveza
pa' acordarse de su pelo.